Hay días en los que el corazón pesa
y la sonrisa se esconde
. Pensamientos que hacen ruido, aunque nadie los escuche.
Hoy, en nuestras aulas, hicimos silencio para mirar hacia dentro, para ponerle nombre a lo que sentimos, para aprender a sostener nuestras emociones sin miedo y descubrir que hablar también alivia
. Porque la salud mental no siempre se ve, pero importa. Y necesita escucha, calma
y compañía.
Hoy dimos un paso pequeño, pero profundo, cuidarnos con palabras, con gestos y con alma
. Desde nuestra identidad cristiana
y el acompañamiento cercano que nos caracteriza, educamos también para la vida interior, para el encuentro con uno mismo y con los demás.
En La Milagrosa, educar es cuidar
. Y hoy lo hicimos juntos, desde el corazón






