

En cada entrenamiento y cada partido, nuestros niños no solo aprenden a jugar, sino que también forman parte de una historia que ha unido a nuestro pueblo durante décadas 



Bujalance ha sido siempre un lugar donde el fútbol sala late con fuerza, y hoy, más que nunca, seguimos transmitiendo esa pasión a las nuevas generaciones. Porque el deporte nos une, nos inspira y nos recuerda que, con esfuerzo y dedicación, ¡todo es posible! 
