El jueves, un simple sobre
se convirtió en la llave
: nos llevó al Teatro Español de Bujalance
, un lugar donde todo parece dormido hasta que alguien lo despierta. Los niños entran y de pronto el escenario respira, las luces cuentan historias, el telón guarda secretos y cada asiento guarda un suspiro.
Una superactriz nos guía
, revela los misterios del teatro y nos enseña que el arte no se mide ni se toca, se siente
. Los pequeños exploran, imaginan y crean; cada gesto es mágico, cada mirada un aplauso invisible.
En ese instante, comprendemos que el verdadero escenario no está solo en el teatro… está dentro de cada niño que se atreve a soñar
.


























